Dependencia emocional: cuatro señales para identificarla
Cuando hablamos de dependencia emocional nos referimos a una característica psicológica muy extendida; en cierta medida, todos dependemos de nuestra pareja. Así es, lo que nos atrae del otro también nos “engancha” : su personalidad, su físico, su compañía o su estatus económico y social. En definitiva, lo que nos enamora puede convertirse en el germen de una dependencia emocional.
Ahora bien, la dependencia solo se convierte en algo problemático cuando alcanza un grado suficientemente intenso como para afectar a nuestro equilibrio emocional o nuestra autoestima.
Cuatro señales nos avisan de una posible dependencia emocional
Uno. En primer lugar, el sentimiento de NECESITAR al otro. Pero como antes te decía, en este caso también depende del cuánto lo necesitemos. Toda pareja se necesita un poco, ya que esto forma parte del sentimiento amoroso: la dosis es la clave. Lo que sí es perjudicial es cuando necesito a mi pareja como algo vital, sin lo cual mi vida entera se derrumba o carece de sentido. Si sientes que sin el otro no vas a ser capaz de continuar con tu vida, de encontrar la luz al final del túnel, porque estarás sólo y eso es horrible, esa es la creencia irracional clásica de quien depende emocionalmente.
Dos. Junto a al sentimiento desproporcionado de necesidad también es característico el estado emocional de MIEDO y de PÁNICO ante la idea de que la otra persona nos abandone. Esto produce un estado de mucha agitación interna. El miedo a perder al otro nos hace sufrir y puede incluso despertar mecanismos de control desproporcionados como los celos.
Tres. La necesidad del otro y el miedo a perderlo, son el germen de las relaciones tóxicas (hablaremos de ellas en un próximo artículo). Quedémonos por ahora con que la tercera señal de la dependencia emocional, fruto de las dos primeras, es que quien depende puede terminar por soportar comportamientos inadecuados o incluso, de maltrato. Ten en cuenta que al final la dependencia emocional nos puede convertir en “esclavos” del otro y esto abre la puerta al maltrato y los conflictos de pareja.
Cuatro. Finalmente podríamos decir que una persona tiene un problema de dependencia emocional cuando se siente incapaz para poner fin a una relación que no funciona o incluso, que es dañina.
¿Cuál es la solución?
Si te sientes identificado/a con estas señales deberías tratar de realizar un trabajo sobre tu autoestima con ayuda profesional, ya que se da una paradoja: quien vive en una relación de dependencia suele tener una autoestima baja, pero resulta que la propia relación de dependencia termina por hundirla todavía más.

Eleva tu autoestima con la ayuda de un profesional de confianza.

Manuel Fernández
Soy sexólogo, terapeuta de parejas, terapeuta individual e impulsor del mindfulness. Mi labor profesional y formativa están dirigidas a ayudar a las personas a encontrar el equilibrio y el bienestar interior.
Desde el punto de vista de la sexología me encargo de estudi...