Muchos terapeutas y maestros espirituales dicen que la respiración es el puente que une el cuerpo con el espíritu. Es la vía que permite conectar con las emociones que llevan tiempo ancladas en nuestro cuerpo. Emociones que hemos somatizado por sucesos ocurridos en nuestro pasado que aún no han sido digeridos.
Hoy hemos charlado con Nani Tovar, experta en respiración integrativa, que desde hace un tiempo acompaña a personas que quieren sanar sus bloqueos emocionales con esta técnica de liberación emocional. Un viaje de compromiso que lleva a conocernos y sentirnos más libres.
¿Qué es la respiración integrativa?
Muchas terapias parten de la misma base: las personas somos energía. La respiración integrativa, partiendo de ese principio, propone una técnica que consiste en respirar de manera circular, lo que permite mover la energía del cuerpo y, con ello, liberar las emociones bloqueadas.
¿Cómo afecta la manera como respiramos a nuestras emociones?
Las emociones también son energía, pero de un nivel vibracional diferente. Si tenemos una emoción estancada esto provoca que la energía no fluya de manera homogénea por el cuerpo. Al respirar de una manera determinada (circular, sin pausas y con la intención de sanar…) lo que hacemos es que la respiración consiga desbloquear aquella emoción y que la energía vuelva a fluir por todo el cuerpo.
¿Y cómo percibe la persona este bloqueo durante la sesión?
Al hacer la respiración, es probable que la persona note alguna molestia en una parte del cuerpo. La propuesta es que se focalice en ese punto que es donde se manifiesta el bloqueo emocional. Es muy interesante comprobar que, por ejemplo, cuando sientes rabia, darte cuenta de en qué parte del cuerpo la sientes ayuda a transitarla. De esta manera se produce una especie de limpieza emocional.
Como un viento que pasa y limpia la suciedad…
Así es. En ese momento pueden pasar dos cosas: simplemente que se de ese proceso y que la persona no sea consciente en ese momento; o puede ser que le venga una emoción a través de una imagen, una palabra… que le venga tristeza, rabia… sea como sea, la invitación es que le preste atención a esa emoción. Que no huya de ella…
Porque lo normal es huir cuando sentimos una emoción que nos incomoda…
Nos hemos dedicado desde que éramos pequeños a bloquear nuestra respiración, porque no queremos sufrir. Para ello cortamos la respiración y así no sentimos el dolor que nos puede causar una determinada situación. Este mecanismo aprendido de no prestar atención para no sufrir, de tensar el cuerpo, a la larga nos produce más sufrimiento. Todo ello por no atender a la emoción en el instante presente y sanarla. Por tanto, la respiración integrativa es una invitación a atender la emoción para movilizar la energía y sanar.
¿Cuándo hablas de focalizar te refieres a poner la atención en lo que estás sintiendo?
Sí. Cuando prestas atención a la emoción, la miras, la abrazas… el bloqueo desaparece y la herida se sana. Si no lo hacemos, el bloqueo emocional puede ser muy grande, aumentado mucho el nivel de sufrimiento y repercutiendo, muchas veces, en molestias físicas.
Acabamos somatizando estos bloqueos emocionales…
Así es, aunque en respiración integrativa no nos centramos en los beneficios físicos que se pueden obtener, sinó en los emocionales. Si te duelen las cervicales, es posible que ese dolor tenga un origen emocional. Si es así, con la respiración integrativa se dará una liberación emocional, que puede repercutir en que te sientas más ligero y, a raíz de ello, quizás se de una mejora de tu dolor de cervicales.
En cualquier caso, supongo que cuando terminas una sesión de respiración sientes una sensación de bienestar…
De bienestar y liberación. Como si te hubieran quitado un peso de encima.
¿Hay diferentes niveles de intensidad en el proceso?
El terapeuta te puede llevar a diferentes niveles de profundidad. En función del objetivo te puedes quedar en un nivel incial, por ejemplo, de soltar el estrés o liberar las tensiones del día; o avanzar hasta niveles más profundos con el objetivo de sanar, y tocar aspectos emocionales más arraigados.
¿Y diferentes formatos?
Las sesiones pueden ser individuales, de pareja o grupales. Las sesiones grupales suelen centrarse en aspectos puntuales que trae la persona a la sesión, mientras que en sesiones individuales se entra en procesos más profundos de sanación. En el caso de parejas, respirando pueden calmar la mente y conectar con el corazón, con lo que la comunicación entre los miembros de la pareja es más comprensiva y amorosa. Con todo, el objetivo último es la sanación, el conocimiento y la conexión con lo que realmente eres. Al final, ¡se trata de estar en paz y disfrutar del momento!
¿Cuando hablas de un trabajo más profundo te refieres a contactar con una parte más esencial nuestra, más arraigada, conectada con el pasado?
En un trabajo profundo, suelen aparecer evocaciones de nuestro pasado. Si hay un bloqueo emocional en el cuerpo, probablemente proviene del pasado, de lo que hemos vivido, ya sea de la infancia o de lo que te sucedió con tu ex-pareja hace unos años…
En el fondo siempre estamos en proceso de sanación…
Algunas personas piensan que ya han sanado determinados aspectos de su vida, vienen a respirar y de pronto se le abren de nuevo viejas heridas. ¡Con la respiración no te puedes engañar! Sale tu realidad.
Supongo que si te entregas, conectas con una parte de tu inconsciente… y desde allí no puedes engañarte ni engañar a nadie.
Ese es el punto. Toda tu atención está focalizada 100% en respirar, así que no hay espacio para la mente. A través del acompañamiento del terapeuta se facilita que el cliente despierte la sensibilidad del cuerpo, ponga la atención en la respiración y sienta la conexión con el aquí y ahora. De esta manera no hay mente. Logras que salga tu auténtica realidad.
¿Y qué pasa con la gente que no entra en el proceso, que no pueden soltar?
Hay gente que no quiere entrar en sus sombras o no está preparada. Eso lo respeto. Porque es lo que necesita esa persona en ese momento. Y ya es más de lo que suele hacer. Con la sesión ha abierto sus pulmones, ha oxigenado el cuerpo, se ha relajado, ha entrado un poco en meditación… todo el mundo sale aliviado y relajado.
Dices que es muy importante la intención en el proceso. En este sentido, ¿hablas con el cliente para acordar cuál es el objetivo de la sesión o te dejas llevar por la intuición y lo que surja?
Yo no suelo hablar con el cliente de ello… No es necesario. Porque cuando la persona empieza a respirar lo que tiene que salir, ya sale. Las emociones tienen un impacto en la posición corporal. Observando el cuerpo puedo decir si emocionalmente tiene un patrón de rabia, un patrón de tristeza, de miedo o alegría. Cuando está respirando la manera que tiene de respirar también indica si de la rabia fluye hacia la alegría o hacia la tristeza. Y según sean los movimientos de los hombros y de las piernas sé…
¿Así que puedes hacerme una radiografía de mi patrón emocional tal como estoy sentado?
No. Deberías levantarte, y ponerte en una posición que te resulte cómoda…
[Me levanto de golpe y me pongo mirando al árbol que tengo enfrente…]
Vale. Tu tienes un patrón de alegría y miedo. Tus hombros están predominantemente hacia arriba y tus rodillas están estiradas. Esto es una posición de alegría. Aunque estoy convencida que al pedirte que te pongas cómodo has forzado la postura para aparentar que estás bien. Y tienes una pequeña tendencia de que los hombros te vayan hacia abajo, que es típico del miedo. Por tanto, lo más probable es que tengas un patrón mixto de alegría y miedo. De la combinación de estas dos emociones se deduce que tendrías que trabajar un tema de vergüenza profunda.
¿Y qué significa tener un patrón emocional, por ejemplo, de alegría?
Significa que cuando eras un niño pequeño y algo te hacía daño, te montabas tu propia burbuja emocional. Es decir, que al patrón emocional de alegría le cuesta aceptar la realidad tal como es. Y su trabajo es mirarlo y sanarlo para poder ser alegres desde la autenticidad y no desde el postureo, y la falsedad.
¿Qué tipo de personas vienen a tu terapia?
Sobretodo, mujeres. A todos nos puede ir bien este trabajo. Pero lo que estoy constatando es que las mujeres somos las que estamos más abiertas… De hombres vienen muy pocos. De mujeres me vienen de todas las edades, de una media de unos 40 años.
¿Y con qué objetivo se lanzan a la aventura de la respiración?
Algunas vienen buscando mejorar su respiración porque se ahogan. Están muy bloqueadas y les cuesta respirar. Otras vienen porque tienen una dependencia emocional o han roto con la pareja… Otras porque tienen conflictos laborales… Y otras porque les interesa lo que han ido de la respiración integrativa aunque no saben por qué… ¡Lo acaban descubriendo en la sesión!
¿Se trabaja estirado?
Sí, es la mejor manera porque así puede interaccionar mejor con la persona.
¿El trabajo con la respiración es suficiente para sentirse bien o es conveniente complementarlo con otras técnicas o terapias?
Sí, es suficiente, pero como en todo, cada persona es un mundo y según el momento que esté pasando esa persona se necesitan cosas diferentes. Así que muchas veces alterno otras técnicas como el tapping, el masaje consciente o el reiki, que permiten complementar el trabajo en el que se sumerge la persona.
¿Cuántas sesiones suele haber en un proceso individual?
Depende de cada persona y de cada caso. Pero, en regla general, es bastante rápido. Entre cuatro y seis sesiones son suficientes para trabajar un tema concreto. Después, en el día a día, se pueden reabrir temas y resulta interesante que la persona vaya a trabajarlas para mantenerse en un buen estado emocional…
¿Y qué pasa cuando ya no conectas con más bloqueos emocionales?
Cuando respiras y ya no conectas con más bloqueos, acabas conectando con tu ser profundo. Conectas con lo que eres realmente y puedes abandonarte en el disfrute. En ese momento ya tienes la práctica integrada y la puedes practicar por tu cuenta cuando te aparece un problema.
¿Cómo llegaste a ser terapeuta?
Hace unos años, dejé mi trabajo en la industria farmacéutica después de diez años de dedicación. Quería empezar un proyecto personal y no sabía por dónde. Me recomendaron a Àlex Fiol y fuí a una sesión con él. Flipé. Porque fuí con unos miedos profesionales y se me despertaron todos los miedos vitales que había ido acumulando en la vida como capas de cebolla. En cada sesión, iba sacando una capa. Y cada capa era un bloqueo que tenía impregnado en el cuerpo desde pequeña. Y no paré hasta que me sentí limpia del todo. Actualmente sigo haciendo una sesión cada 3 meses.
Durante mucho tiempo practicaste Tantra, ¿qué diferencia ves entre la respiración tántrica y la integrativa?
El objetivo de la respiración tántrica es subir la energía para provocar éxtasis, no tiene una intención de sanación tan marcada como la respiración integrativa. Lo mismo ocurre con las otras técnicas de respiración (holotrópica, rebirthing…) que tienen otro tipo de intención más catártica…
Diferentes técnicas con diferentes resultados…
Con el Tantra me enfrenté mucho a mi autoestima a través del cuerpo. Aunque mi sanación profunda se dio a través de la respiración integrativa, ya que fue allí donde conecté con los bloqueos que venían de mi infancia. En todo caso, todo me ayudó porque ya sabemos que en esta vida todo forma parte de un mismo camino y no hay metas…
Muchas gracias. Nos ha quedado claro, si queries sanar… ¡simplemente respira!

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Jordi Romero-Lengua
Soy comunicador social, ambiental y espiritual, y especialista en marketing de valores. Mi interés se centra en la divulgación de iniciativas conscientes con alto impacto de transformación personal y social
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